Preonic, en busca del endgame
Hace bastantes días que no me pasaba por el blog, parece que la última entrada es de finales de 2020 dónde os contaba cómo mi odisea con el MacBook Pro tocaba a su fin con el nuevo usuario y la solución de homebrew y otros problemillas que tenía. Hoy vengo casi medio año después y volviendo al tema recurrente de los teclados mecánicos.
Y sí, tengo nueva adquisición: un nuevo teclado de OLKB, un Preonic que me regaló por mi ¡41! cumpleaños mi adorable media naranja @ladymadona, después de yo insistirle mucho, durante meses. Estoy escribiendo estas líneas con él y la verdad es que no puedo estar más contento.
Si hacemos memoria, yo hace más de año y medio, compreme un teclado 40%, un Planck EZ con el que estaba muy, muy a gusto. No me he separado de él, incluso me lo llevo a la oficina (dónde algunas personas se han fijado y me han hecho comentarios al respecto, no deja a nadie indiferente…), y la verdad que nunca os he hablado de él, ni he sentido la necesidad de escribir sobre él hasta ahora porque es que literalmente no he tenido ningún problema, de hecho me hice unas cuantas layers de un buen principio que para mí, bueno no sé cómo decirlo pero se me adaptan perfectamente a lo que hago y me funcionaban como un reloj suizo.
Entonces, si tan bien funciona el Planck, ¿Por qué ahora un Preonic? Por varios motivos, que listo a continuación:
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En primer lugar los números, es quizás uno de los mayores problemas que veo en el Planck, no contar con números es un poco drama porque si bien no es nada difícil acceder a ellos tras un layer (en mi caso en el layer raise), sí a veces encontraba dificultades en acertar según qué combinaciones. En los 2FA que están mal hechos y no te enseñan los números que picas (desde aquí un llamamiento a todos los que ocultáis los números como si fueran una contraseña en el MFA, desde un punto de vista de UX es totalmente absurdo) era un poco tortura, vas con pies de plomo de no equivocarte. También en otras situaciones similares en las que tienes que copiar números o introducir cambios, en un Excel por ejemplo… resultaba un poco coñazo. De hecho esto me llevó a comprarme un Macropad del que hablaré en otro post porque no me funciona muy bien, no por el propio aparto que va de lujo (9x9, con QMK, muy barato en aliexpress) si no por el uso. Así que por todo eso, sí echas de menos la barra numérica y de hecho incluso a veces me veía tecleando números con el teclado del MacBook. Este problema desaparece en el Preonic (en resumidas cuentas es un Planck con una línea más, la de números en la parte superior).
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En segundo lugar los LEDs. Cuando compré el Planck EZ, uno de los motivos fue el tema de la personalización y los LEDS, que por aquél entonces yo pensé que tendrían gran utilidad, molaban un huevo y los iba a usar mucho y me equivocaba completamente. Estéticamente muy bien, para hacer una foto y el postureo, genial también. Pero molestan un huevo. De hecho, cuando los tienes encendidos y has elegido entre las tropocientas configuraciones que llevan lo único que quieres es apagarlos. Que el Preonic solo lleve unos cuantos decorativos, y que también se pueden apagar fácilmente, pues mira hasta lo agradezco, la verdad. A ver que esto tampoco es un problema en el Planck, se pueden apagar y encender accediendo a una capa, que no es problema, pero dices coño, he pagado yo por algo que no uso… pues vaya gracia, no sé cómo deciros.
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En tercer lugar QMK. Con el Planck EZ, los señores de ZSA (unos cracks, todo hay que decirlo) te ofrecen un configurador online llamado ORYX y una aplicación de escritorio llamada Wally que ambos son la ostia. Puedes hacer maravillas y el nivel de personalización que ofrecen es rotundamente espectacular. Pero con el Macropad aprendí que no son nada más que una capa o un añadido (y con carácter propietario, en cierto modo privativo) sobre algo que es opensource y que se llama QMK. Es un proyecto sobre el que la comunidad también ha añadido una herramienta online y una aplicación para mac/win que son al final al final unos wrappers chiripitiflauticos sobre un framework de código en C que te permite personalizar el chip del teclado hasta límites insospechados. No es que puedas hacer más cosas en QMK que en el configurador de ZSA, no me entendáis mal y además el entorno no es tan user friendly pero sí que te da un pelín más de control sobre lo que estás haciendo y hay una comunidad detrás que ha hecho las mil y una frikadas, y no solo eso, puedes tú mismo, con tiempo y una caña, bajar al código y tocar y experimentar, cosa que en el sistema cerrado de ZSA no puedes.
Como veis los tres temas, quizás el primero de los números sea un poco relevante pero el resto, son puramente de matiz: los LEDs al final los puedes desactivar y no está de más tenerlos, y el nivel de personalización con QMK y el de ZSA son muy similares. Y de hecho lo primero que he hecho es por así decirlo replicar mis layers del Planck en el Preonic. En algunos símbolos y mi memoria muscular va a buscarlos con una combinación de teclas concreta. Entonces por qué gastarse tanto dinero, bueno pues la verdad que con el feeling de que con el Planck iba en la buena línea, intentas acercarte al endgame, a la última configuración, a la que te da mejor libertad y te permite ya dejarlo y enfocarte a otras cosas. Con el Planck descubrí los layers, descubrí un teclado ortogonal (no en disposición como las máquinas de escribir, ¿os habéis planteado por qué están ordenadas las teclas como están en una máquina de escribir?, yo os doy una pista: no tiene nada que ver con la ergonomía) y el Preonic era el paso siguiente para solucionar estos leves problemas. ¿Significa eso que voy a guardar el Planck en un cajón? Pues no, porque puedo usarlo con el iPad Pro que me va a llegar en un par de semanas.
Por otro lado, no todo son ventajas, y hay algunas cosas que no están muy bien resueltas pero que me costará resolver: keycaps y Colemak. Con el Planck el perfil de teclas era el mismo, uniforme entre todas las teclas (usan un perfil OEM pero de fila 3 todas las teclas similar aunque un poco más elevado al perfil G20), en el Preonic no es así, los keycaps Acute van en perfiles más estándar (OEM estándar: R1,R2,R3,R4,R3), esto hace que si bien puedes tener las teclas que corresponden a Colemak (que visualmente correspondan quiero decir) estas no tienen en algunos casos el perfil correcto puesto que se mueven de fila. Es el caso de la R, la T, la E o la N que, bueno quedan en un perfil rarote. Apenas se aprecia pero bueno está ahí y es muy difícil solucionarlo porque hay que comprar teclas específicas. Otro problemilla es la memoria muscular y las nuevas posibilidades teniendo una fila más. La verdad es que hoy por hoy muy poca variación con las layers que tenía en el Planck, esto es en base a varias cosas, una buena es que las layers realmente estaban bien optimizadas, una mala es que cambiar cuesta, y hay que experimentar y exprimirse un poco los sesos para sacarle partido.
Más cosas que tengo que contar y que no me da tiempo ahora mismo: Vim y Macropad 9x9. Sobre el Macropad os he hablado brevemente antes, pero me gustaría explicar por qué no lo uso, la verdad es que no lo necesito con el Planck o el Preonic, voy mucho más rápido con las capas no me aporta muchas ventajas, tengo que mover la mano para ir a buscarlo… os contaré más cuando pueda escribir sobre ello. De Vim no sé qué os voy a contar o cómo resumirlo pero es un editor de textos sobresaliente. No os lo podéis imaginar, aunque su curva de aprendizaje sea una puta mierda, es adictivo diría yo. Pero hay muchísimo sobre lo que hablar para justificar la locura de aprender a usarlo, y para mínimamente daros unos cuantos argumentos sobre los que reflexionar si os vale la pena el cambio, necesito un post entero que dedicarle.
Más y mejor en el próximo post… que como os podéis imaginar no será pronto (si veis la frecuencia con la que escribo desde hace tiempo… ya os hacéis una idea).