Vaya por delante que este es un post de opinión muy personal. El objetivo no es hacer un análisis detallado de lo ocurrido, para eso están los técnicos expertos, ni tampoco el juzgar qué debería hacerse a partir de ahora, ya lo analizará y tomará decisiones quién corresponda. Tampoco pretendo ir de listo por el hecho de trabajar en una aerolínea (en la que por cierto, desde el primer día aplica el procedimiento de tener obligatoriamente dos tripulantes en cabina durante todo el vuelo, cosa que por otra parte, como comentaré después, no sé si es el remedio a todos los males como nos quieren vender). Simplemente quiero expresar mi opinión, como alguien que está en el sector y que lo ha vivido con intensidad, ¿lógico no? Además como en este blog sois tres o cuatro los que todavía me leéis, razón de más para poder expresarme libremente.

Empiezo contando que el sobresalto fue mayúsculo cuando nos enteramos (vía comunicación interna) de la noticia del (por aquél entonces) posible accidente del vuelo de Germanwings, en los alpes franceses. Mi primera reacción fue, cómo describirlo, salté de la silla al entender que el avión había caído en zona montañosa y casi me puse en pié. Lo segundo que quise saber, junto con el número de personas que iban a bordo, fue el modelo de avión involucrado en el accidente. A320-211. Y pensé, la virgen santa, de los modelos más populares, en el que he tenido la suerte de entrar en un simulador (uno de verdad) y “pilotarlo” (muy entrecomillado), de los aviones más seguros y de los que vuelan más en Europa, un vuelo Barcelona - Düsseldorf, ¿habrá gente que conozca en el vuelo? Y finalmente, la pregunta clave, el ¿Qué ha ocurrido?.

Mientras esto sucedía, los grupos de whatsapp entraron en ebullición. Gente que me decía que apuntaban a causas meteorológicas (a lo que respondí que no me lo creía), gente que decía qué triste ir un martes con avión a Dusseldorf y palmar a lo que respondí con un “tienes razón, es mucho mejor ir un miércoles a Castellfollit de la Roca en coche y palmar”, otra gente hablando de un posible ataque terrorista (que dices, los terroristas no fueron muy hábiles) y mientras todo eso ocurría, ya había compañeros entrando en FlightRadar para obtener más información. La primera hipótesis que recuerdo que se comentó fue el tema de la despresurización y la segunda la congelación de los sensores de navegación, como ocurrió en otro vuelo de Lufthansa, en ese caso un A321, días atrás y que afortunadamente, los pilotos notificaron de lo ocurrido y se evitó la tragedia desconectando el ordenador de vuelo. La despresurización no resolvía del todo el hecho de que el avión fuese en descenso continuado y en pocos minutos se estrellase (lo normal es que se hubiese mantenido la velocidad de crucero, por mucho rato). La segunda planteaba la duda de que si era un tema técnico que afectase a la navegación, qué narices hacían los pilotos de no notificar del suceso y no responder las indicaciones de los controladores. Quizás una combinación de ambos (o más, u otros) problemas podría haber sido la causante del siniestro.

De piedra nos quedamos todos cuando hubo la declaración del fiscal del caso apuntando al copiloto. No conseguimos entenderlo, digerirlo, hasta horas e incluso días después. Cómo puede ser que alguien esté tan enfermo como para hacer lo que hizo Andreas, solo Dios lo sabe. Fue un acto premeditado y ejecutado a sangre fría. Qué perverso. Imagino el rostro impasible del sujeto oyendo las voces de los controladores por radio, los golpes desesperados en la puerta del cockpit y observando el suelo aproximarse a una velocidad vertiginosa. Evidentemente, la norma de tener dos ocupantes en cabina en todo momento, es mejor que nada, pero me pregunto si hubiese surtido efecto ante semejante situación, ¿Cuanto tiempo o qué probabilidad hay de que alguien así se invente un plan para salvar el obstáculo de tener un acompañante en cabina y consiga su oscuro objetivo?

Van pasando los días y nos vamos recuperando del golpe, seguramente y como decía al principio, habrá mucho que revisar, mucho que estudiar y mucho que meditar sobre el asunto del vuelo de Germanwings. No obstante, la vida afortunadamente continúa para nosotros, hay que mirar hacia adelante y ver de qué manera se pueden mitigar estos riesgos, aplicando medidas para que situaciones así no se produzcan en un futuro. Si algo tiene este sector como rasgo característico y que sobresale de todo lo demás es la obsesión por los procedimientos de seguridad. Muy a lo “Mobile first”, en aerolíneas hace años que se acuña el Safety first.

Y acabo no sin añadir que de los medios de comunicación hay que fiarse lo justo y necesario en estas situaciones. Pues para un hecho que cuentan que es verdad contrastada hay muchísimos otros que están en arenas movedizas, cautela y no lanzar campanas al vuelo, como por ejemplo el cacareado en un principio “ahibalaostia es que el avión ¡tenía 24 años! ya claro, pues oiga primero infórmese para luego informar… o el cansino y repetitivo degoteo de detalles personales del copiloto (que personalmente me cansa), supongo que burros y buitres hay en todas partes, pero en situaciones como esta es cuando te das cuenta en primera persona de que en los medios como en otros sitios a veces las hacen muy gordas, en fin, en todas partes cuecen habas (que decía mi abuela).