Las crónicas nórdicas
<img style=”float:right; margin:0 0 10px 10px;” src=”http://bp2.blogger.com/_PnWHf0Wv0BI/RZrnjH_uqNI/AAAAAAAAAEI/pblmg66YIJU/s320/0268265.jpg” border=”0” alt=”“id=”BLOGGER_PHOTO_ID_5015575725658253522” />El reciente viaje a Estocolmo ha ido muy bien, pese a los problemas que se veían a priori, pudimos despegar y todo fue a pedir de boca: la ciudad es una pasada, hay que ir a visitarla, es una de las mejores ciudades que habré estado: 15 islas que forman un núcleo urbano distinto, muy bonito y uniforme, aunque eso sí, un poco triste debido a la poca luz y el clima (factores más negativos del viaje).
En cuanto a ocio nocturno, los sitios a los que fuimos estuvieron realmente geniales, Café Opera, Berns y la zona más Underground, estuvieron geniales y sí, el rubiómetro se disparó. La berbena de fin de año la pasamos en el Berns y fue bastante bien, sobretodo la sala donde se puso un freak con turbante, atuendo de domador de leones a lo beatle, gafapastas extremas, sintetizador en mano, teclado en la otra y empezó su letanía de sonido en plan, no sé como definirlo, fiestero quizás. Las otras salas también estuvieron bien y el ambiente fue bastante guapo y muy muy glamouroso.
El resto de Estocolomo como decía una joya: el Gamlastan o la isla con el núcleo histórico es realmente una gozada, es fabulosa, el Palacio Real, la Academia donde dan los premios Nobel, las callejuelas con Restaurangs y souvenirs, uno de los sitios con más encanto de la ciudad sin duda. Otra cosa que me gustó fue el museo de arte contemoporáneo, dónde pudimos ver “El enigma de Guillermo Tell” (1933) de Dalí, que es sin duda la joya del museo. También estuvo bien el museo del Vasa, un barco que naufragó debido a su mala construcción y que consiguieron reflotar después de 300 años hundido, ahora puede visitarse en un pabellón habilitado para ello.
La gente es un poco fría en Suecia, eso sí y sobretodo no entienden que podamos hablar y gritar a veces, igual que la gesticulación (algo muy mediterráneo) que ellos no usan en absoluto y puede parecerles chocante e incluso ofensivo. Y lo de que a las 14:30h esté oscureciendo, y el frío se te cale en los huesos con la elevada humedad pues claro tampoco ayuda. Además sí, efectivamente es caro: una pizza 12 euros, un cubata no baja de 9 y se han dado casos en los que el imprudente bebedor llegue a pagar 27 euros por un Jack Daniels con cola (Skoal).
Aunque en resumen una gran experencia, recomiendo encarecidamente Estocolmo como lugar de visita y no descarto en absoluto algún día volver para visitar la ciudad otra vez y más en calma que en la época de tránsito interanual (toma palabro).